- Un polémico contrato fue “revivido” en 2024, bajo el nombre de “Brassavola”, con modificaciones radicales en tecnología, duración y ubicación, lo que sugiere una preocupante falta de transparencia y rendición de cuentas.
- El impacto financiero de estas decisiones es alarmante, con una alta dependencia en la generación térmica que ha llevado a una tarifa eléctrica nacional significativamente más cara que la de los países vecinos.
El contrato con CECHSA, firmado en 2008, estuvo marcado por irregularidades desde su concepción. A pesar de los indicios de sobrecostos significativos (según el TSC era en exceso de los USD 1,560 millones durante la duración del contrato), este se mantuvo vigente durante años, sin entrar nunca en operación y en 2014 estuvo en proceso de cancelación.
El contrato nunca entró en operación en 14 años lo que causó un déficit en el Sistema Interconectado Nacional, obligando al país a depender del Mercado Eléctrico Regional. Sorprendentemente, en 2024, el contrato “revivió” bajo el nombre de “Brassavola”, con modificaciones radicales en tecnología, duración y ubicación, lo que sugiere una preocupante falta de transparencia y rendición de cuentas.
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